miércoles, 16 de julio de 2014

La Casta

La Crónica - Diario Independiente de Almería


La Casta

Juan Francisco Plaza Pérez

Juan Francisco Plaza

Según la definición más extendida del término: El sistema de castas es una manera particular de estratificación social al que se pertenece solamente a través del nacimiento y se caracteriza por tener un sistema sólido, rígido e inmóvil. Normalmente se da en países subdesarrollados, pero también se le considera como un fenómeno especialmente hindú, implantado en su sistema de valores y filosofía e inexplicable fuera de ese contexto.
He venido defendiendo, aunque no sea una cuestión crucial, que no me agrada el término casta para dar cabida a la clase política y dirigente en general dentro del mismo; ya que no cumple ninguno de los requisitos especificados más arriba. Ni es sólido, ni rígido ni inmóvil, tampoco se accede por nacimiento, aunque cada vez más por parentesco y, en fin, tampoco vivimos en un país subdesarrollado propiamente dicho, aunque cada día, casi que nos van abocando más hacia ello. 
La cosa en la sociedad va por modas, y el partido de Pablo Iglesias, es la moda. El comenzar a llamar a nuestros políticos y dirigentes la casta conllevaba, al parecer, toda una gran carga peyorativa, que contiene el término en el lenguaje coloquial y ese parecía ser el fin último de Podemos, pero miren por dónde, dato curioso, hasta nuestros próceres mismos la han asumido y parece, que no les desagrada del todo a tenor de sus “graciosas declaraciones” en medios de comunicación autodenominándose “la casta”.
Pero uno sigue defendiendo, aunque pueda parecer una cuestión baladí, que no es casta en el sentido literal y semántico del término; ya que no llamamos de esta forma a los deportistas, artistas, etc. Que también son segmentos en cierta medida privilegiados de la población.
A uno le place más llamar a nuestros dirigentes y servidores públicos, clase.
El término clase política, según mi opinión, creo que les hace mayor justicia, porque así suele denominarse a un estrato social, que está en otro nivel superior o inferior dentro de la comunidad.
En este sentido nuestros políticos, serían una clase social superior al resto de ciudadanos y no sólo por el tema económico, que también; sino sobre todo por los privilegios y prebendas, que conlleva el cargo en todos los sentidos.
¿Quién no se ha acercado en la actualidad para alguna cuestión a alguno de nuestros representantes políticos, sindicales o directores de algo de la cosa pública a quienes en otros momentos conocimos cercanos, llanos y hasta campechanos y hoy nos miran por encima del hombro, como si de auténticas vedettes se tratasen? A todos, seguro, se nos vienen a la cabeza un montón de “personajes” y sujetos pertenecientes a esa clase dirigente en Almería, que si empezáramos a tirar de nombres daría para un Quijote.


¿Casta o Clase?

lunes, 14 de julio de 2014

Almería, más sucia que nunca

La Crónica - Diario Independiente de Almería

Almería, más sucia que nunca

Juan Francisco Plaza Pérez


Juan Francisco Plaza


Podría parecer el eslogan de una campaña publicitaria institucional el frontispicio de este artículo. Simplemente bastaría con cambiar el calificativo sucia por bonita, ya nos gustaría, pero no, no es así.
Ya se ha escrito aquí, más de una vez, y en los demás medios, que Almería es una ciudad muy sucia y nadie con responsabilidad hace algo al respecto para remediarlo.
La Rambla Federico García Lorca en general y el tramo que va desde la calle Santos Zárate hasta Obispo Orberá en particular, están para coger una infección debido a las moscas, mosquitos y ácaros, que allí deambulan al hedor de la basura allí acumulada. Los bancos para el descanso de los ciudadanos están impracticables por la suciedad y malos olores.
No entiendo esta dejadez por omisión de nuestras autoridades municipales, sinceramente. Verano, máxima afluencia turística, Almería en el punto de mira de medios y redes sociales por posibles visitas regias en períodos vacacionales y la capital dando una imagen impresentable de acumulación de basuras y malos olores.
La Rambla Federico García Lorca, por seguir centrándonos en un sitio concreto, es una de las arterias principales de Almería. Por las mañanas, lugar de paso de muchos turistas, que nos visitan y pasean por la zona. Por las tardes, toma el relevo la ciudadanía autóctona, que al fresco, charlan en animadas tertulias. Todo ello, ahora muy difícil por no decir imposible, debido a las inmundicias comentadas.
Mientras se pregonan a los cuatro vientos, nuevas y magnas obras faraónicas por parte de nuestros “ínclitos” munícipes, algunas en estado avanzado de gestación, se abandona, por otro lado, lo esencial en una comunidad: la conservación y limpieza del patrimonio e infraestructuras existentes.
Al parecer, las grandes obras proyectadas en Almería tipo Plan Urban y por ahí, reportan mucho rédito político. ¡Digo yo, que no acabo de verlo tan claro!
Los políticos, andan cada vez más alejados del sentir ciudadano y así les luce el pelo.
¿A ninguna lumbrera con responsabilidad en la materia, se le ocurre darse una vuelta por estos lares citados aquí y comprobar “in situ” el estado tan lamentable de la zona? La delegación municipal de Urbanismo está allí mismo, frente al foco de infección. ¿Ninguno de nuestros representantes del consistorio pasa por allí?
Luego, cuando lleguen las elecciones municipales y aparezcan los Arriolas de turno para valorar y analizar los resultados electorales, se buscaran mil y una razones ajenas a este problema, para explicar y argumentar los presumibles descalabros.
A ningún sesudo representante de nuestra administración local, se le ocurrirá pensar entonces, que, a lo mejor o peor, el ciudadano medio de a pie no quiera tanta opulencia en costosas obras y sí, en cambio, que las existentes se mantengan con un cierto grado de dignidad y aptitud para su uso.


Suciedad acumulada en la Rambla Federico García Lorca (Almería)