miércoles, 28 de mayo de 2014

La Crónica de Almería - Diario Independiente

¿Autoridad o autoritarismo?


Juan Francisco Plaza Pérez

Juan Francisco Plaza.

El término auctoritas, encuentra su origen en el latín.
Más concretamente en el derecho romano, y viene a significar algo así como: el saber socialmente reconocido por el pueblo de los más capacitados, y ésta hay que ganársela a pulso con el ejercicio de buenas prácticas democráticas.
De ninguna de las maneras puede tratar de imponerse por la fuerza, porque en ese caso entraríamos en el terreno pantanoso del autoritarismo, término infame e ilegítimo donde los haya.
Resumiendo, en Román paladino: El respeto se gana, el miedo se impone. Y ahí andamos.
Ya decíamos el otro día en caliente, tras el asesinato de la Presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, que el tema había producido una brecha en la sociedad y reabierto un debate sobre la regulación de la libertad de expresión en los medios de comunicación y redes sociales.
A pocos periodistas y muchos políticos les faltó tiempo para enseñar la patita por debajo de la puerta, y evidenciar sus verdaderas intenciones y convicciones respecto a su visión particularísima de cómo debe regularse esa libertad de expresión.
No puedo entender de ninguna de las maneras, que se planteé siquiera un debate para intentar limitar la libertad de expresarse de los ciudadanos en las redes sociales, puesto que se correría el grave riesgo de crear un efecto “olla a presión” de consecuencias, cuando menos imprevisibles y me extraña, que nuestros “capacitados representantes investidos de auctoritas” o sus adláteres no recalen en ello.
Las injurias, calumnias, descalificaciones e insultos, ya están tipificados en el código penal.
¿Luego, qué se pretende pues, con este absurdo debate?
¿Acaso instaurar, pongo por caso, un estado del miedo? ¿Un estado policial, donde antes de expresarnos tengamos que mirar con lupa hasta donde ponemos una coma por miedo a las represalias de la “censura”?
No es de recibo, y ya digo: estoy observando, que hay demasiados lobos, que se están despojando de la piel de cordero y subiéndose al carro de un debate, baldío y que solo tiene una meta: la confrontación social.
El episodio violento durante las elecciones europeas a la salida de un mitin, contra Cristóbal Montoro y Alicia Sánchez-Camacho en Vilanova i la Geltrú y el puñetazo propinado por una mujer al líder del PSC, Pere Navarro en Tarrasa, bajo mi punto de vista, dan fe de ello.
Estamos viendo los actos y mítines de los partidos políticos en esta campaña, totalmente vacíos. Las formaciones, incluso las mayoritarias, tienen problemas para encontrar apoderados e interventores y hasta en la propia administración casi ningún funcionario quiere asistir voluntariamente a cubrir el proceso electoral.
La desafección de los ciudadanos con sus representantes y la política, es tal, que se prevé un 60% de abstención. El dato, en términos democráticos es demoledor y para hacérselo mirar por todas las fuerzas políticas, beneficie a quién beneficie esa desorbitada abstención.
Ese debiera ser el verdadero debate político social y dejarnos de “cocos y hombres del saco”.


Manifestantes atacan a Montoro a la salida de un mítin

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