Arribistas
Juan Francisco Plaza
La figura del arribista siempre ha tenido un gran
calado a lo largo de la historia en los diferentes ámbitos, sobre todo el público.
Es algo que nos viene de viejo y está muy enraizado, para nuestra desgracia en
la sociedad y cultura almeriense por ir acotando el círculo a nuestro entorno
más cercano, (cofradías y por ahí, ya me entienden). Dejando a un lado los
partidos políticos, que son caldo de cultivo habitual para la multiplicación de
arribistas y centrándonos, como decíamos en nuestra tierra. Instituciones, por
citar alguna, como el PITA, el IEA, y otras tantas, desafortunadamente
dan fe de ello desde su creación, contando entre sus miembros en los Consejos Asesores
y Editoriales con archiconocidos arribistas, que han hecho de
su moralidad un sayo al calor de un partido determinado o del cacique de turno.
Da igual, lo que hayan tenido que hacer (nada es gratis en ese mundillo de
lumpen) o tragarse para lograr alcanzar el status deseado. El fin
"siempre" justifica los medios del arribista.
Decía Albert
Einstein, que si quieres triunfar debías, entre otras cosas, tener fe en ti
mismo y atar tu vida a una idea y nunca a una persona o cosa material, ya que
ésta, si escaseaba de moral, podría
acabar arrastrándote. Y la verdad, es que algo de ello estamos comenzando a
vislumbrar, aunque sea en pequeñas dosis y debido a las mareas generadas en los
diferentes ámbitos judicial, político y sociológico.
Solo basta echar una ojeada así, a vuela pluma, en
algunas de las instituciones citadas anteriormente, para observar a estos
oportunistas ocupando puestos de responsabilidad, que, la mayor parte de las
veces les vienen grandes por los cuatro costados, como un traje hecho a
tijeretazos con las repercusiones negativas, que de ello se derivan para la
sociedad y por el solo mérito de haber militado en un arribismo execrable y
practicar un culto enfermizo al líder manipulador.
Se ha criticado muchísimo, estos días atrás la figura del
fiscal y político malagueño, Carlos Jiménez Villarejo por la controvertida carrera política y judicial,
ocupando todo el espectro político, desde su época franquista en 1962 (donde
ingresó como fiscal) hasta acabar como flamante eurodiputado de Podemos en 2014, pasando por el PSUC, EB-B y vaya usted a saber cuántas formaciones y asociaciones más de
un lado y del otro. Ciertamente es difícil de digerir este gazpacho, aunque se
pudiera argumentar, que los individuos tienen todo el derecho del mundo a
cambiar ideológicamente en el transcurso de una vida, ¡Pero oiga, resultan
cuanto menos raros esos giros y piruetas de 180 grados!.
Hay sectores, que están voceando las figuras de Aznar y González, como presumibles y futuribles candidatos a
presidenciables de una hipotética y utópica III República, cuando estos señores
jamás, que yo recuerde, han sido republicanos, ni por activa ni por pasiva. De
llegar a plantearse realmente esta ficción (que yo, sinceramente no veo otra
cosa), ¿Qué opinión sacarían ustedes de nuestros dos ex mandatarios?.
En fin, y
para ir abreviando, estamos viendo últimamente (y es una percepción personal,
comprobable por otro lado), que las redes sociales personales de muchos amparados
desde lustros a la derecha del "Padre" y que antes estuvieron a la
izquierda del "Hijo, del Espíritu Santo, del Sursum corda" y antes
vaya usted a saber, se llenan ahora con banderas ondeantes tricolores de la II
República e himnos de Riego con
frases Machadianas, slides de Miguel Hernández, Lorca, Alberti y en ese plan progre, que no digo que ser republicano
lleve aparejado imperativamente ser de izquierdas. Pero... ¿Qué quieren que les
diga?.
Carlos Jiménez Villarejo, eurodiputado de Podemos
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